Los pueblos indígenas T’simane, Mosetene y Tacana de Pilón Lajas, en el desafío para conservar su territorio y biodiversidad
Con el apoyo de una serie de aliados, como el Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos (CEPF), estos tres pueblos indígenas mantienen la lucha por su territorio y la gestión sostenible de sus recursos naturales a través de un plan de vida para la conservación de la biodiversidad y mejora de medios de vida.
Los pueblos indígenas T’simane, Mosetene y Tacana, ocupan las tierras bajas de pie de monte, en el límite entre las serranías de la Cordillera de los Andes y las llanuras amazónicas de Bolivia. Cuentan con épocas de grandes precipitaciones y un paisaje compuesto por montañas y colinas bajas con numerosos humedales en vertientes naturales entre lagunas, ríos y arroyos.
Este territorio forma parte del Corredor Madidi-Pilón Lajas-Cotapata, tiene la particularidad de ser legalmente reconocido como territorio indígena y al mismo tiempo cuenta con una declaración internacional como Reserva de la Biósfera otorgada por la UNESCO, que abarca una extensión de casi 400.000 hectáreas de bosques en excelente estado de conservación.
Dadas las condiciones de recursos naturales privilegiados, su realidad presenta una historia de crecientes amenazas contra su territorio; persisten invasiones y avasallamientos por parte de traficantes de madera, colonos y mineros.
En los últimos años las amenazas sobre la Reserva de la Biósfera y Territorio Indígena Pilón Lajas son más grandes y preocupantes, entre ellas están: las construcciones de mega represas hidroeléctricas, la prospección de hidrocarburos, la demanda de apertura de caminos de penetración, asentamientos ilegales, y la más reciente y nociva, la minería aurífera; especialmente ilegal, que pone en riesgo a las comunidades locales y a sus medios de subsistencia.
Las condiciones de las comunidades contemplan un índice alto de pobreza, acceso a educación limitada y bajos recursos. Pero pese a todas las adversidades han visto la manera de organizarse, y conformado el Consejo Regional T’simane Mosetene (CRTM) desde el que han trabajado su Plan de Manejo/Plan de Vida de la Reserva de la Biósfera; documento elaborado para tener un diagnóstico claro del estado del territorio y sobre la forma de hacerle frente a estas amenazas. En todo este proceso, el CRTM ha contado con el apoyo de dos aliados comprometidos que son el Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos (CEPF) y WCS.
Entre las acciones emprendidas para fortalecer al CRTM se encuentran diversas actividades planificadas en el fortalecimiento de capacidades a su población; liderazgo, gobernanza, comunicación y sostenibilidad financiera. De igual forma, se encuentra el apoyo al desarrollo económico local, a través del aprovechamiento sostenible de frutos del bosque; y para los líderes jóvenes, formación sobre los derechos de pueblos indígenas, articulación con otros actores para buscar apoyo, y otras acciones que les permitan defender y administrar adecuadamente su territorio.
Una de las actividades que destaca es un emprendimiento de las mujeres de cuatro comunidades, quienes están siendo capacitadas para la producción y comercialización de aceites esenciales para incrementar sus ingresos económicos y la deshidratación de frutos para mejorar su seguridad alimentaria. El proyecto ha puesto énfasis en el liderazgo de las mujeres que tienen una importante responsabilidad en la economía y la seguridad alimentaria de la familia.
Actualmente, las mujeres beneficiarias del proyecto, están empezando la construcción de sus futuras plantas artesanales de extracción de aceites esenciales y deshidratación de frutos y cuentan con el apoyo de sus esposos y hermanos.
Este enfoque de conservación del bosque se repercute en diferentes escalas, beneficiando a las comunidades aledañas, incentivando a la protección de una de las mayores reservas de carbono, con diversa fauna y flora, y fuente de una de las mayores reservas de agua dulce del planeta.
A través de un apoyo sostenible para la ejecución del Plan de vida, para beneficio de sus habitantes bajo este enfoque, y el consumo de productos de origen responsable con los recursos naturales; obtendremos mejores economías comunitarias generando guardianes locales de los Andes Tropicales, que, en armonía con su medio ambiente, mantienen nuestro bosque en pie.